domingo, 23 de febrero de 2014

Al más estilo Tom and Jerry

Este reportaje se realizó el pasado cuatrimestre para una asignatura como trabajo final. Quise compartirlo con todos vosotros para que tengáis presente que esta realidad existe y que por no salir perjudicados directamente, no implica que tengamos que ignorarla. Estas historias han salido a partir de varias entrevistas, entre las que tuve que elegir cinco. Pido disculpas al resto que me dedicó su tiempo. 
Agradecer a los entrevistados el permiso para su publicación. Añadir que la mayoría de ellos están bajo un seudónimo y no se facilitará el nombre real a ningún solicitante. Os dejo a continuación el reportaje, pero antes aclarar que está enfocado como me pidió la profesora, ya que es un tema que me afecta también a mi personalmente.

Espero que lo disfruten.



REPORTAJE

5 Historias que reflejan la auténtica relación entre gibraltareños y españoles. Los más afectados nos cuentan su verdad.

POR  Laura Mª. Cano Gómez
2º. Doble Grado PER-CAU
Campus Fuenlabrada



Al más estilo Tom and Jerry



  



Gibraltar, español. Parece que nunca va a finalizar este debate. Es algo semejante a la independencia de Cataluña, un tema que está siempre presente, pero que desaparece durante un lapsus de tiempo y luego resurge de sus cenizas para dar guerra de nuevo.

No sobran reportajes sobre Gibraltar y sobre todo durante estos últimos meses en los que el tema ha estado al rojo vivo. Los bloques de hormigón arrojados por Gibraltar a aguas españolas fue la gota que colmó el vaso. Comenzaron las revueltas por las redes sociales y los telediarios nos saturaron con publicidad subliminal de la nueva temporada de ropa de cama del Corte inglés. Miles de imágenes de españoles con batas de vaquitas y zapatillas hablaron al mundo sobre las muchas horas que pasaban en el coche para poder repostar en Gibraltar. Los medios de comunicación no fueron muy justos al respecto. Creo que hablo en nombre de todos que no nos representan todas las personas que aparecieron en televisión para dar su opinión y puedo afirmar que no todos los Linenses vamos en bata a comprar el pan y menos a repostar el coche.

Supongo que ha quedado patente un poco hacia dónde va encaminado el reportaje. Soy de La Línea de la Concepción, ciudad fronteriza con Gibraltar y me propuse como objetivo dar voz a los afectados por este continúo enfrentamiento. Podría destacar de estas declaraciones que pertenecen a gente de a pie, personas que independientemente de su lugar de origen, han dado su más sincera opinión sobre los inconvenientes de estos continuos piques entre un lado u otro de la frontera. Y es que creo que lo que falla de toda esa información que nos proporcionan los medios de comunicación, es la falta de testimonios sobre las personas de la localidad, que son las más afectadas. Da la impresión que solo se centran es desprestigiar ambos bandos y da lugar a que sea muy poco creíble toda esta situación. Me he encontrado con todo tipo de opiniones al respecto, desde personas que le es indiferente el tema a otros que hablan sin tener un mínimo de conocimiento. Esto último es un problema muy usual entre los españoles (no quiero globalizar), pero es que muchos creen que tienen derecho de aportar su opinión sobre todo y con la misma valía que alguien que se ha molestado en documentarse. Por lo que al tener la oportunidad de vivir donde vivo y de haber tenido presente toda mi vida estos piques, incluido dentro de mi familia (ya que tengo familia en ambos lados de la frontera), no quise desaprovecharla. Quiero dejar claro que mi intención no es limpiar los testimonios o artículos que se han publicado sobre este tema, ya que no puedo negar que hay muchas verdades en ellos, pero quiero ir más allá del mero testimonio del tráfico de tabaco. El asunto es mucho más complejo. ¿Dónde quedan las cabinas de apuestas o la ampliación del territorio? ¿Y el bajo impuesto de sociedades? ¿Gibraltar es o no un paraíso fiscal?


Isabelle Thompsom no es una trabajadora cualquiera, es una persona que tiene que lidiar con los enfrentamientos constantes entre Reino Unido y España. Británica, ejerce en Gibraltar, aunque reside en Los Barrios, un pueblo a media hora de la frontera.

Hasta hace poco no le afectaba a nivel personal las colas, porque no necesitaba un medio de transporte para hacer su vida en Gibraltar, pero en la actualidad, está viviendo algo completamente diferente. La obsesión de vigilar la cola desde su despacho durante la tarde para poder librarse del trabajo y no llegar tarde a casa, se ha vuelto algo rutinario en estas últimas semanas.  Ya no hay una hora exacta de llegar a casa, pero no culpa a los guardias, al contrario que muchos españoles y gibraltareños que hemos visto por televisión. Y es que recalca que no podemos olvidar que los guardias también son tan trabajadores como los que están a un lado u otro de la frontera, personas que hacen lo que su trabajo les dicta para también ganarse sus nóminas. ‘Lo cierto es que su trabajo en estas circunstancias es muchísimo peor que cualquier otro porque se enfrentan cada día a múltiples pasajeros que se dedican exclusivamente a insultar su labor’, cuenta.

Muchas personas acusan a los policías de que se aprovechan de su potestad para alargar las colas lo máximo posible con la finalidad de molestar al Gobierno inglés. Lo que muchos ignoran es que Gibraltar, al igual que Reino Unido, no pertenece al Acuerdo de Schengen, y fiscalmente Gibraltar no es parte de la Unión Europea, de ahí a que haya un control de entrada y salida restrictivo. Por lo tanto, tienen todo el derecho a un control exhaustivo e incluso un límite de transeúntes.

Ha llegado un punto en el cual comienza a plantearse cómo se ha llegado a esto, ¿con qué propósito permitió Mr. Picardo echar esos bloques de hormigón al mar? Habiendo estudiado en Oxford, ¿no se percató de que últimamente había más tensiones de lo habitual?, cuando España y Reino Unido siempre se han entendido mediante mutuos acuerdos, ¿qué necesidad había?

‘Siempre ha habido tensiones, pero lo de hoy es otra cosa’, apunta Isabelle con rudeza. ‘Quizás Fabián Picardo es el que está haciendo más daño a su Gibraltar, dada su obsesión por ‘Gibraltar inglés’, simplemente para tener voz en el asunto o ganarse algunos votos’.

Se habla mucho de la posibilidad del cierre de la verja, pero no se trata de una novedad, sino que ya hace unos años esto se llevó a cabo.



Ana María Ramírez tenía nueve años cuando su mejor amiga tuvo que dejar la localidad al ser su padre uno de los afectados por el cierre. Aunque su padre también fue uno de ellos, optó por quedarse y  montar su propio negocio. 

‘Nunca le di importancia a esa enorme roca que se encontraba a escasos metros de mi casa. Simplemente la consideraba como unas de esas calles que nunca vas porque no hay nada que hacer allí’, explica.

Pero la realidad fue muy distinta. No les faltó de nada, pero siempre andaban muy justos de dinero. Su padre, que siempre había cobrado un buen sueldo en Gibraltar siendo sastre, se encontraba aferrado en su sueño de tener su propia lavandería. Pudo haberse ido del país, ya que le ofrecieron los propios gibraltareños trabajo en Australia, Sudáfrica e incluso Inglaterra, pero optó por quedarse y comenzar de cero. Recibieron bastante ayuda de sus familiares, pero era insuficiente, así que toda la familia tenía que colaborar para salir adelante.  

‘Recuerdo que con 18 años, tenía una amiga con familia en Gibraltar y muchas veces la acompañaba para hablar con sus familiares a través de la verja a gritos, pues había una distancia considerable y no había otra forma para comunicarse’, comenta con cierta melancolía.
Cuando volvieron a abrir la verja, fue allí y era como si los años se hubieran quedado a ese lado de la verja. 

‘Todo era obsoleto, viejo y antiguo’, apunta. Fue entonces cuando los ciudadanos de La Línea comenzaron de nuevo con ese grado de dependencia. Subieron los precios, los alimentos, la ropa, los alquileres y poco a poco comenzaron a llegar personas de todos los países del mundo en busca de trabajo.


Martín Cano es linense, pero pasó gran parte de su vida en Inglaterra, debido al cierre de la frontera. Su padre trabajó desde la infancia en Gibraltar, como muchos niños de aquella época, pero decidió irse a Inglaterra porque perdió todo su patrimonio con el cierre. Su familia permaneció en España hasta la muerte del abuelo, donde decidieron reunirse con su padre, pero en unas condiciones muy inferiores a las que estaban acostumbradas en España. La necesidad de su familia a trasladarse cuando vivían bien con los ingresos de la tienda de su madre es algo que nunca comprendió, pero que no culpa a su familia. Regresaba a España por las vacaciones, para finalmente quedarse a los 21 años. Actualmente ejerce como consignatario de buques en el puerto de Algeciras.      

‘Gibraltar, sobre todo en la post guerra, dio de comer a muchas familias, pero hoy en día ya no es lo que era’.

Gibraltar asegura que allí sí se pagan impuestos y seguridad social. De lo que no se habla son de los impuestos de sociedad. ‘Si una compañía es residente en Gibraltar y ejerce allí, paga sus respectivos impuestos. Pero tú puedes montar una compañía en Gibraltar cuyas actividades tengan lugar fuera de la roca, y por lo tanto, estas están exentas de pagar impuestos. Por lo que esa compañía ni declara a la Hacienda Española ni a Gibraltar. Una compañía legal residente en España no puede competir con eso’, explica.

Por esta misma regla, hay compañías internacionales en el gremio marítimo y logístico que desvían los ingresos a cuentas bancarias en Gibraltar, como mucho cubriendo los gastos en España para declarar esos ingresos en Gibraltar, y al dedicarse a actividades fuera de Gibraltar, no pagan impuestos por esos ingresos.

Igual pasa con ciertas urbanizaciones en la Costa del Sol. Cada vivienda pertenece a una compañía de Gibraltar no residente, así que ningún español puede comprarse una casa allí. Y en el caso que la vivienda cambie de dueño, no paga impuestos tanto cuando compra como cuando vende como cualquier español, sino que cambia el titular de la compañía en Gibraltar, pero para España, el dueño es la misma compañía. 
‘Eso es fraude’, señala con cierta indignación.

Otro tema son las casas de apuestas. Gibraltar es uno de los centros de apuestas online más importantes del mundo debido al favorable régimen fiscal, que consiste en que tú realizas tus apuestas desde cualquier territorio, pero la compañía de apuestas tributa en Gibraltar, no en el país donde se hace la apuesta, privando al estado de impuestos. De hecho, incluso Reino Unido ha decidido tomar medidas al respecto, aumentando hasta un 15% en impuestos para todos residentes británicos que realicen apuestas. Gibraltar está totalmente en contra, debido a que aseguran que en decisiones económicas sobre todo, son independientes de las decisiones que tome Reino Unido.  Y es que esta industria genera el 15% de la economía global de Gibraltar, compuesta por 30000 habitantes, unos $1.89 billones, proveyendo 2500 puestos de trabajo.

No hay que tener una gran empresa para evadir impuestos y eso lo ve reflejado Martín Cano en su día a día: ‘Si mi vecino de Gibraltar, que vive todo el año en España, da como residencia Gibraltar, puede desgravar el IVA de sus compras en la aduana española al cruzar la frontera. Pongamos un ejemplo. Si ambos compramos la misma televisión por 2000 euros (incluido el IVA), aunque él la instale a 5 metros de la mía, puede ir a la aduana española para recuperar su IVA, es decir, unos 400 euros, ya que la aduana desconoce que la televisión está en su casa en España. Eso es robar a Hacienda, de la cual todos formamos parte’.

En una situación parecida se encuentra en el caso de los vehículos. Su vecino tiene un coche con la matrícula de Gibraltar, aunque reside en España. No es el único y es ilegal. ‘Si se vive más de la mitad del año en España, debe ser residente aquí y por lo tanto, con su respectivo coche español. Esa persona no paga sus impuestos de circulación y esto no está siendo controlado de ninguna forma’.

Este último punto siempre ha creado mucha controversia, porque los gibraltareños contraatacan (véase en blogs como gibraltarlibre.blogspot.com.es ) señalando que los españoles no pagan cuando circulan por Gibraltar y ellos pagan los peajes. No se paga un peaje al entrar o salir de Gibraltar, sino hablan de los peajes que pagamos todas las personas en ciertos puntos clave. Son dos cosas distintas. El impuesto de circulación no tiene nada que ver con los peajes. Tampoco se puede comparar la cantidad de coches españoles que entran con los que salen y menos aún por el territorio que abarca Gibraltar.

He aquí el punto clave de los argumentos utilizados por ambos bandos para defender sus posiciones sobre la soberanía de Gibraltar:


Tratado de Utrecht. Cesión de Gibraltar a Inglaterra


Articulo X. 13 de Julio de 1713:



‘El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno’

Los gibraltareños, más conocidos en la zona por el término llanitos, se apoyan en la Convección de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, donde se establece que todo Estado tiene derecho a establecer la anchura de su mar territorial hasta un límite que no exceda de 12 millas marinas. Eso se aplica también a Gibraltar porque Reino Unido incluyó sus territorios de Ultramar en el acuerdo.

Lo que ocurre, es que los españoles están en discordia con este punto, ya que se aplica algo que está en contraposición con el Tratado de Utrecht, firmado hace 300 años y aún vigente. Y es que se aplica este Derecho del Mar a todas las aguas de Gibraltar cuando el Tratado de Utrecht señala que solo tienen potestad de las aguas del puerto. Se unen a esta discrepancia las ampliaciones de terreno que se han llevado a cabo en años posteriores, algo que siempre España mostró su oposición pero que nunca se han cesado, por mucho que Reino Unido asegura que solo se rellenó al mar durante las décadas de los 80 y 90 por necesidad para la población, aún se siguen viendo camiones de tierra y rocas entrando y saliendo de la frontera.

Un tratado por el cual no ha dejado de sucederse episodios de tensión entre el Gobierno español y británico. ¿Realmente está siendo eficaz la vigencia de este Tratado cuando cada uno toma la justicia por su mano? ¿Es hora de una actualización?


Después de cuarenta años en Londres, Eva Hamilton y su familia decidieron trasladarse a Gibraltar. De esa forma, sus hijos podrían continuar sus estudios en inglés. ‘La educación que proporcionan a los estudiantes es excelente y ofrecen muchas ayudas para aquellos niños que les cuesta aprender e incluso a los que quieran aspirar a estudios universitarios, siempre y cuando lo que aprendan fuera sea al beneficio de Gibraltar cuando regresen’, destaca E.H con cierto orgullo.

Una vez que cruzas la frontera y entras en Gibraltar, se nota una diferencia inmediatamente. Y es cierto que La Línea no tiene tanto dinero como Gibraltar, pero no es excusa para no cuidar de su propia ciudad. No se usan las papeleras y tiran la basura al suelo, pasean a sus perros y no recogen sus excrementos… En Gibraltar es muy raro ver las paredes pintadas o basura por las calles. Si se pasean a los perros, se recogen sus excrementos y si hacen pipi, llevan una botellita desinfectante para eliminar el olor.

‘Cada vez que el Gobierno quiere protestar contra Gibraltar, forma una cola para entrar y salir, cuando realmente están perjudicando mucho más a los trabajadores españoles que trabajan en Gibraltar’, apunta un tanto indignada. El otro día, quiso hacer la compra semanal al Mercadona, pero se negó a hacer cola. ‘¿Quién pierde? Mercadona, ya que esos 90 euros que me iba a gastar allí, me los gasto en Gibraltar’. Muchos gibraltareños han optado por esa opción.

Ahora, los residentes de Gibraltar, Ceuta y Melilla tienen la ventaja de reclamar el IVA. ‘Muchos nos critican, pero, ¿quién no lo haría?’, pregunta.

¿Por qué se compra perfume, maquillaje de marca y tabaco en Gibraltar? Porque es más barato. Aunque muchos no saben que según la compra, se reclama el IVA en España pero al entrar en Gibraltar, hay que pagar impuestos.

‘Tenemos más parecidos que diferencias y como vecinos, hemos de llevarnos bien. Siempre ha habido una convivencia entre La Línea y Gibraltar’.

El año pasado, Gibraltar hizo una recogida de juguetes para los niños pobres de La Línea y el señor Seruya, dueño de las perfumerías, dona 75000 libras a La Línea para que los estudiantes aprendan inglés y viceversa.

‘Y es que estamos en las mismas. Los Gobiernos de Gibraltar y España son como Tom and Jerry, uno hace algo y el otro pica’.


Hugh Wood es el presidente de una empresa de asesoramiento fiscal y ha participado activamente en el desarrollo del sistema tributario de Gibraltar.

Se considera por muchos que Gibraltar es un paraíso fiscal porque tiene mejores incentivos fiscales que el territorio más cercano, lo que conlleva a que muchas empresas tengan sus sedes en España, pero los trámites bancarios lo realicen a través de Gibraltar. No hay que tener una gran empresa para realizar este tipo de transacciones (aunque siempre tienen más facilidades de abrir una cuenta gibraltareña si es una gran empresa), por lo que muchas aplican este método para ahorrar dinero. Y es que en Gibraltar, el impuesto de sociedades actual es de un 10% y en España ronda el 30%.

‘Todo lo que se hace aquí es absolutamente legal. No se nos puede comparar con Suiza, ya que nosotros pagamos nuestros impuestos. Lo que ocurre es que nuestros impuestos son más bajos, mientras que en otros países lo triplican. No les dan la oportunidad a las empresas a crecer ni a emprender, ya que la mayoría de sus ganancias se las llevan los impuestos. Nosotros ayudamos a que eso no ocurra y que puedan ser legales, aún pagando menos impuestos que el resto. Para ello es evidente que haya una serie de asesores y abogados, por lo que es mucho dinero para una empresa pequeña. Pero para una gran multinacional, que pierden muchísimo dinero en impuestos por la gran cantidad de sucursales que tienen, les sale muy rentable nuestros servicios’.

Lo que hay que tener en cuenta es que ese dinero que se ahorra la empresa al ver reducida la cantidad de impuestos a pagar, es dinero que no va a cobrar Hacienda, por lo que se comprime gravemente los ingresos y por consiguiente, la calidad de los bienes y servicios a los que van destinados ese capital.  

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