Al más estilo Tom and Jerry
Gibraltar, español.
Parece que nunca va a finalizar este debate. Es algo semejante a la
independencia de Cataluña, un tema que está siempre presente, pero que
desaparece durante un lapsus de tiempo y luego resurge de sus cenizas para dar
guerra de nuevo.
No sobran reportajes
sobre Gibraltar y sobre todo durante estos últimos meses en los que el tema ha
estado al rojo vivo. Los bloques de hormigón arrojados por
Gibraltar a aguas españolas fue la gota que colmó el vaso. Comenzaron las
revueltas por las redes sociales y los telediarios nos saturaron con publicidad
subliminal de la nueva temporada de ropa de cama del Corte inglés. Miles de
imágenes de españoles con batas de vaquitas y zapatillas hablaron al mundo
sobre las muchas horas que pasaban en el coche para poder repostar en
Gibraltar. Los medios de comunicación no fueron muy justos al respecto. Creo
que hablo en nombre de todos que no nos representan todas las personas que
aparecieron en televisión para dar su opinión y puedo afirmar que no todos los
Linenses vamos en bata a comprar el pan y menos a repostar el coche.
Supongo que ha quedado
patente un poco hacia dónde va encaminado el reportaje. Soy de La Línea de la
Concepción, ciudad fronteriza con Gibraltar y me propuse como objetivo dar voz
a los afectados por este continúo enfrentamiento. Podría destacar de estas
declaraciones que pertenecen a gente de a pie, personas que independientemente de
su lugar de origen, han dado su más sincera opinión sobre los inconvenientes de
estos continuos piques entre un lado u otro de la frontera. Y es que creo que
lo que falla de toda esa información que nos proporcionan los medios de
comunicación, es la falta de testimonios sobre las personas de la localidad, que
son las más afectadas. Da la impresión que solo se centran es desprestigiar
ambos bandos y da lugar a que sea muy poco creíble toda esta situación. Me he
encontrado con todo tipo de opiniones al respecto, desde personas que le es
indiferente el tema a otros que hablan sin tener un mínimo de conocimiento.
Esto último es un problema muy usual entre los españoles (no quiero
globalizar), pero es que muchos creen que tienen derecho de aportar su opinión
sobre todo y con la misma valía que alguien que se ha molestado en
documentarse. Por lo que al tener la oportunidad de vivir donde vivo y de haber
tenido presente toda mi vida estos piques, incluido dentro de mi familia (ya
que tengo familia en ambos lados de la frontera), no quise desaprovecharla.
Quiero dejar claro que mi intención no es limpiar los testimonios o artículos
que se han publicado sobre este tema, ya que no puedo negar que hay muchas
verdades en ellos, pero quiero ir más allá del mero testimonio del tráfico de
tabaco. El asunto es mucho más complejo. ¿Dónde quedan las cabinas de apuestas
o la ampliación del territorio? ¿Y el bajo impuesto de sociedades? ¿Gibraltar
es o no un paraíso fiscal?
Isabelle
Thompsom no es una trabajadora cualquiera, es una persona que
tiene que lidiar con los enfrentamientos constantes entre Reino Unido y España.
Británica, ejerce en Gibraltar, aunque reside en Los Barrios, un pueblo a media
hora de la frontera.
Hasta hace poco no le
afectaba a nivel personal las colas, porque no necesitaba un medio de
transporte para hacer su vida en Gibraltar, pero en la actualidad, está
viviendo algo completamente diferente. La obsesión de vigilar la cola desde su
despacho durante la tarde para poder librarse del trabajo y no llegar tarde a
casa, se ha vuelto algo rutinario en estas últimas semanas. Ya no hay una hora exacta de llegar a casa,
pero no culpa a los guardias, al contrario que muchos españoles y gibraltareños
que hemos visto por televisión. Y es que recalca que no podemos olvidar que los
guardias también son tan trabajadores como los que están a un lado u otro de la
frontera, personas que hacen lo que su trabajo les dicta para también ganarse
sus nóminas. ‘Lo cierto es que su trabajo en estas circunstancias es muchísimo
peor que cualquier otro porque se enfrentan cada día a múltiples pasajeros que
se dedican exclusivamente a insultar su labor’, cuenta.
Muchas personas acusan
a los policías de que se aprovechan de su potestad para alargar las colas lo
máximo posible con la finalidad de molestar al Gobierno inglés. Lo que muchos
ignoran es que Gibraltar, al igual que Reino Unido, no pertenece al Acuerdo de
Schengen, y fiscalmente Gibraltar no es parte de la Unión Europea, de ahí a que
haya un control de entrada y salida restrictivo. Por lo tanto, tienen todo el
derecho a un control exhaustivo e incluso un límite de transeúntes.
Ha llegado un punto en
el cual comienza a plantearse cómo se ha llegado a esto, ¿con qué propósito
permitió Mr. Picardo echar esos bloques de hormigón al mar? Habiendo estudiado
en Oxford, ¿no se percató de que últimamente había más tensiones de lo
habitual?, cuando España y Reino Unido siempre se han
entendido mediante mutuos acuerdos, ¿qué necesidad había?
‘Siempre ha habido
tensiones, pero lo de hoy es otra cosa’, apunta Isabelle con rudeza. ‘Quizás
Fabián Picardo es el que está haciendo más daño a su Gibraltar, dada su
obsesión por ‘Gibraltar inglés’, simplemente para tener voz en el asunto o
ganarse algunos votos’.
Se habla mucho de la
posibilidad del cierre de la verja, pero no se trata de una novedad, sino que
ya hace unos años esto se llevó a cabo.
Ana
María Ramírez tenía nueve años cuando su mejor amiga
tuvo que dejar la localidad al ser su padre uno de los afectados por el cierre.
Aunque su padre también fue uno de ellos, optó por quedarse y montar su propio negocio.
‘Nunca le di
importancia a esa enorme roca que se encontraba a escasos metros de mi casa.
Simplemente la consideraba como unas de esas calles que nunca vas porque no hay
nada que hacer allí’, explica.
Pero la realidad fue
muy distinta. No les faltó de nada, pero siempre andaban muy justos de dinero.
Su padre, que siempre había cobrado un buen sueldo en Gibraltar siendo sastre,
se encontraba aferrado en su sueño de tener su propia lavandería. Pudo haberse
ido del país, ya que le ofrecieron los propios gibraltareños trabajo en
Australia, Sudáfrica e incluso Inglaterra, pero optó por quedarse y comenzar de
cero. Recibieron bastante ayuda de sus familiares, pero era insuficiente, así
que toda la familia tenía que colaborar para salir adelante.
‘Recuerdo que con 18
años, tenía una amiga con familia en Gibraltar y muchas veces la acompañaba
para hablar con sus familiares a través de la verja a gritos, pues había una
distancia considerable y no había otra forma para comunicarse’, comenta con
cierta melancolía.
Cuando volvieron a
abrir la verja, fue allí y era como si los años se hubieran quedado a ese lado
de la verja.
‘Todo era obsoleto, viejo y antiguo’, apunta. Fue entonces cuando los ciudadanos de La Línea comenzaron
de nuevo con ese grado de dependencia. Subieron los precios,
los alimentos, la ropa, los alquileres y poco a poco comenzaron a llegar
personas de todos los países del mundo en busca de trabajo.
Martín
Cano
es linense, pero pasó gran parte de su vida en Inglaterra, debido al cierre de
la frontera. Su padre trabajó desde la infancia en Gibraltar, como muchos niños
de aquella época, pero decidió irse a Inglaterra porque perdió todo su
patrimonio con el cierre. Su familia permaneció en España hasta la muerte del
abuelo, donde decidieron reunirse con su padre, pero en unas condiciones muy
inferiores a las que estaban acostumbradas en España. La necesidad de su
familia a trasladarse cuando vivían bien con los ingresos de la tienda de su
madre es algo que nunca comprendió, pero que no culpa a su familia. Regresaba a
España por las vacaciones, para finalmente quedarse a los 21 años. Actualmente
ejerce como consignatario de buques en el puerto de Algeciras.
‘Gibraltar, sobre todo
en la post guerra, dio de comer a muchas familias, pero hoy en día ya no es lo
que era’.
Gibraltar asegura que
allí sí se pagan impuestos y seguridad social. De lo que no se habla son de los
impuestos de sociedad. ‘Si una compañía es residente en Gibraltar y ejerce
allí, paga sus respectivos impuestos. Pero tú puedes montar una compañía en
Gibraltar cuyas actividades tengan lugar fuera de la roca, y por lo tanto,
estas están exentas de pagar impuestos. Por lo que esa compañía ni declara a la
Hacienda Española ni a Gibraltar. Una compañía legal residente en España no
puede competir con eso’, explica.
Por esta misma regla,
hay compañías internacionales en el gremio marítimo y logístico que desvían los
ingresos a cuentas bancarias en Gibraltar, como mucho cubriendo los gastos en
España para declarar esos ingresos en Gibraltar, y al dedicarse a actividades
fuera de Gibraltar, no pagan impuestos por esos ingresos.
Igual pasa con ciertas
urbanizaciones en la Costa del Sol. Cada vivienda pertenece a una compañía de
Gibraltar no residente, así que ningún español puede comprarse una casa allí. Y
en el caso que la vivienda cambie de dueño, no paga impuestos tanto cuando
compra como cuando vende como cualquier español, sino que cambia el titular de
la compañía en Gibraltar, pero para España, el dueño es la misma compañía.
‘Eso
es fraude’, señala con cierta indignación.
Otro tema son las casas
de apuestas. Gibraltar es uno de los centros de apuestas online más importantes
del mundo debido al favorable régimen fiscal, que consiste en que tú realizas
tus apuestas desde cualquier territorio, pero la compañía de apuestas tributa
en Gibraltar, no en el país donde se hace la apuesta, privando al estado de
impuestos. De hecho, incluso Reino Unido ha decidido tomar medidas al respecto,
aumentando hasta un 15% en impuestos para todos residentes británicos que
realicen apuestas. Gibraltar está totalmente en contra, debido a que aseguran
que en decisiones económicas sobre todo, son independientes de las decisiones
que tome Reino Unido. Y es que esta
industria genera el 15% de la economía global de Gibraltar, compuesta por 30000
habitantes, unos $1.89 billones, proveyendo 2500 puestos de trabajo.
No hay que tener una
gran empresa para evadir impuestos y eso lo ve reflejado Martín Cano en su día
a día: ‘Si mi vecino de Gibraltar, que vive todo el año en España, da como
residencia Gibraltar, puede desgravar el IVA de sus compras en la aduana
española al cruzar la frontera. Pongamos un ejemplo. Si ambos compramos la
misma televisión por 2000 euros (incluido el IVA), aunque él la instale a 5
metros de la mía, puede ir a la aduana española para recuperar su IVA, es
decir, unos 400 euros, ya que la aduana desconoce que la televisión está en su
casa en España. Eso es robar a Hacienda, de la cual todos formamos parte’.
En una situación
parecida se encuentra en el caso de los vehículos. Su vecino tiene un coche con
la matrícula de Gibraltar, aunque reside en España. No es el único y es ilegal.
‘Si se vive más de la mitad del año en España, debe ser residente aquí y por lo
tanto, con su respectivo coche español. Esa persona no paga sus impuestos de
circulación y esto no está siendo controlado de ninguna forma’.
Este último punto
siempre ha creado mucha controversia, porque los gibraltareños contraatacan
(véase en blogs como gibraltarlibre.blogspot.com.es )
señalando que los españoles no pagan cuando circulan por Gibraltar y ellos
pagan los peajes. No se paga un peaje al entrar o salir de Gibraltar, sino
hablan de los peajes que pagamos todas las personas en ciertos puntos clave.
Son dos cosas distintas. El impuesto de circulación no tiene nada que ver con
los peajes. Tampoco se puede comparar la cantidad de coches españoles que
entran con los que salen y menos aún por el territorio que abarca Gibraltar.
He aquí el punto clave
de los argumentos utilizados por ambos bandos para defender sus posiciones
sobre la soberanía de Gibraltar:
Tratado
de Utrecht. Cesión de Gibraltar a Inglaterra
Articulo X. 13 de Julio de 1713:
‘El
Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a
la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y
castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le
pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con
entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno’
Los gibraltareños, más
conocidos en la zona por el término llanitos,
se apoyan en la Convección de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar,
donde se establece que todo Estado tiene
derecho a establecer la anchura de su mar territorial hasta un límite que no
exceda de 12 millas marinas. Eso se aplica también a Gibraltar porque Reino
Unido incluyó sus territorios de Ultramar en el acuerdo.
Lo que ocurre, es que
los españoles están en discordia con este punto, ya que se aplica algo que está
en contraposición con el Tratado de Utrecht, firmado hace 300 años y aún
vigente. Y es que se aplica este Derecho del Mar a todas las aguas de Gibraltar
cuando el Tratado de Utrecht señala que solo tienen potestad de las aguas del
puerto. Se unen a esta discrepancia las ampliaciones de terreno que se han
llevado a cabo en años posteriores, algo que siempre España mostró su oposición
pero que nunca se han cesado, por mucho que Reino Unido asegura que solo se
rellenó al mar durante las décadas de los 80 y 90 por necesidad para la
población, aún se siguen viendo camiones de tierra y rocas entrando y saliendo
de la frontera.
Un tratado por el cual
no ha dejado de sucederse episodios de tensión entre el Gobierno español y
británico. ¿Realmente está siendo eficaz la vigencia de este Tratado cuando
cada uno toma la justicia por su mano? ¿Es hora de una actualización?
Después de cuarenta
años en Londres, Eva Hamilton y su
familia decidieron trasladarse a Gibraltar. De esa forma, sus hijos podrían
continuar sus estudios en inglés. ‘La educación que proporcionan a los
estudiantes es excelente y ofrecen muchas ayudas para aquellos niños que les
cuesta aprender e incluso a los que quieran aspirar a estudios universitarios,
siempre y cuando lo que aprendan fuera sea al beneficio de Gibraltar cuando
regresen’, destaca E.H con cierto orgullo.
Una vez que cruzas la
frontera y entras en Gibraltar, se nota una diferencia inmediatamente. Y es
cierto que La Línea no tiene tanto dinero como Gibraltar, pero no es excusa
para no cuidar de su propia ciudad. No se usan las papeleras y tiran la basura
al suelo, pasean a sus perros y no recogen sus excrementos… En Gibraltar es muy
raro ver las paredes pintadas o basura por las calles. Si se pasean a los
perros, se recogen sus excrementos y si hacen pipi, llevan una botellita
desinfectante para eliminar el olor.
‘Cada vez que el
Gobierno quiere protestar contra Gibraltar, forma una cola para entrar y salir,
cuando realmente están perjudicando mucho más a los trabajadores españoles que
trabajan en Gibraltar’, apunta un tanto indignada. El otro día, quiso hacer la
compra semanal al Mercadona, pero se negó a hacer cola. ‘¿Quién pierde?
Mercadona, ya que esos 90 euros que me iba a gastar allí, me los gasto en
Gibraltar’. Muchos gibraltareños han optado por esa opción.
Ahora, los residentes
de Gibraltar, Ceuta y Melilla tienen la ventaja de reclamar el IVA. ‘Muchos nos
critican, pero, ¿quién no lo haría?’, pregunta.
¿Por qué se compra
perfume, maquillaje de marca y tabaco en Gibraltar? Porque es más barato.
Aunque muchos no saben que según la compra, se reclama el IVA en España pero al
entrar en Gibraltar, hay que pagar impuestos.
‘Tenemos más parecidos
que diferencias y como vecinos, hemos de llevarnos bien. Siempre ha habido una
convivencia entre La Línea y Gibraltar’.
El año pasado,
Gibraltar hizo una recogida de juguetes para los niños pobres de La Línea y el
señor Seruya, dueño de las perfumerías, dona 75000 libras a La Línea para que
los estudiantes aprendan inglés y viceversa.
‘Y es que estamos en
las mismas. Los Gobiernos de Gibraltar y España son como Tom and Jerry, uno hace algo y el otro pica’.
Hugh
Wood
es el presidente de una empresa de asesoramiento fiscal y ha participado
activamente en el desarrollo del sistema tributario de Gibraltar.
Se considera por muchos
que Gibraltar es un paraíso fiscal porque tiene mejores incentivos fiscales que
el territorio más cercano, lo que conlleva a que muchas empresas tengan sus
sedes en España, pero los trámites bancarios lo realicen a través de Gibraltar.
No hay que tener una gran empresa para realizar este tipo de transacciones (aunque
siempre tienen más facilidades de abrir una cuenta gibraltareña si es una gran
empresa), por lo que muchas aplican este método para ahorrar dinero. Y es que
en Gibraltar, el impuesto de sociedades actual es de un 10% y en España ronda
el 30%.
‘Todo lo que se hace
aquí es absolutamente legal. No se nos puede comparar con Suiza, ya que
nosotros pagamos nuestros impuestos. Lo que ocurre es que nuestros impuestos
son más bajos, mientras que en otros países lo triplican. No les dan la
oportunidad a las empresas a crecer ni a emprender, ya que la mayoría de sus
ganancias se las llevan los impuestos. Nosotros ayudamos a que eso no ocurra y
que puedan ser legales, aún pagando menos impuestos que el resto. Para ello es
evidente que haya una serie de asesores y abogados, por lo que es mucho dinero
para una empresa pequeña. Pero para una gran multinacional, que pierden
muchísimo dinero en impuestos por la gran cantidad de sucursales que tienen,
les sale muy rentable nuestros servicios’.
Lo que hay que tener en
cuenta es que ese dinero que se ahorra la empresa al ver reducida la cantidad
de impuestos a pagar, es dinero que no va a cobrar Hacienda, por lo que se comprime
gravemente los ingresos y por consiguiente, la calidad de los bienes y
servicios a los que van destinados ese capital.
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