Tengo un problema con las series, de ahí esa semana 'desaparecida del mapa' y sin publicar ni una entrada. Los que seáis seriéfilos lo comprenderéis. Hace un par de semanas dejaron de emitir episodios de mis series favoritas. Como todas las que veo actualmente son estadounidenses, se es propenso a esos parones, ya sea por festividades como por emisiones de nuevos programas de televisión. Una persona que está acostumbrada a ver cinco o seis episodios por semana, ¿qué le sucede? Simple, hay dos posibilidades, bien aprovechas para hacer las tareas de clase, ponerte al día y demás, o puedes emplear todo 'ese tiempo libre' para comenzar esas series que tenías pendientes. He aquí el dilema, aunque por mi parte era demasiado obvio lo que iba a suceder a continuación.
Si es una serie de una temporada, de 17 capítulos, de 20 minutos cada episodio, bueno... tiene un pase para ir poco a poco 'tirando' durante la semana, peeeeero... yo llegué a un nuevo nivel. Lo peor de todo es que soy consciente de que si no hubiese hecho las cosas de la facultad, hubiese sido capaz de superarlo. Yo me 'tragué' en ese tiempo la primera temporada de Super Fun Night (de 17 episodios concretamente), otros 17 de Mom (aunque no está finalizada la temporada todavía) y ¡cuatro temporadas de Downton Abbey! (serie que cada episodio le corresponde cerca de una hora y algunos incluso más). Bueno, y ahora que ha vuelto todo a la normalidad, incluyendo el inicio de la temporada de Once Upon a Time, me tenéis aquí. Ahora que leo todo esto, me resulta un tanto deprimente, pero bueno, cada uno tiene su afición.
En este post vengo a hablaros concretamente de una de ellas: Super Fun Night.